La pandemia llegó a acelerar muchos procesos tecnológicos que venían creciendo de manera sostenida. Quedarse fuera de la nube no es una opción.
Estar o no estar en la nube es una discusión que, según muchos especialistas, quedó obsoleta. Quedarse fuera de ella no es una variable posible y la obligación de subirse a la virtualidad solo le deja, a los responsables de las empresas, dos interrogantes en puerta: cómo hacerlo y cuándo.
“La nube es lo que se usa para expresar lo que se guarda en algún lugar tecnológico que nadie sabe dónde queda, pero todos saben que es”, sostuvo Matías Arturo, líder Regional de Estrategia de Accenture.
En la misma línea, Pamela Scheurer, Co- fundadora y CTO de Nubimetrics, la definió: “La nube es una granja de servidores en algún lugar del mundo que virtualiza todo su potencial. Es un recurso que existe, es ilimitado y es seguro. Tiene mucho espacio de almacenamiento y es uno de esos grandes recursos que permitió que un montón de empresas y emprendimientos pueden surgir”.
El desafío que más preocupa a las empresas es, entonces, entender de qué se trata y cómo subirse a ella. Aunque pasar toda la logística de una empresa a la virtualidad parece un proceso engorroso y complejo, en realidad es más cotidiano de lo que se cree.
“El que usa Dropbox o usa Gmail o Drive, ya está utilizando ese espacio virtual del que tanto se habla”, sostuvo Scheurer.